martes, 7 de agosto de 2012

NADIE LLAMA PARA REGALARME NADA

Sonó el teléfono, preguntaron por mi hija, les dije que no estaba, me insistieron en dejarle un mensaje y un número telefónico para que se comunicara con el Banco H.
Le puse un mensaje a través no de mi alma sino de facebook y me respondió que ella no tenía ninguna relación comercial con ese banco, le dije que llamara a ver qué querían, pero ella me sentenció diciendo: Nadie llama para regalarle a uno nada, es para venderle algo, posiblemente una tarjeta de crédito.

Traduje la frase en mi mente: "NADIE LLAMA PARA REGALARME NADA". No me detengo en las excepciones, sino en la verdad general que esto encierra, cada ser, sistema, organización o tienda tiene por objetivo el venderle a uno algo. Pasé por fuera de una tienda dedicada a vender perfumes y una de las jóvenes promotoras que estaban en los pasillos del centro comercial me rogaba que entrara aunque fuera solo para mirar los perfumes, obviamente su esperanza era que comprara. Seguramente esa misma joven nunca me llamará a mi casa para regalarme un perfume de esos, por supuesto no tiene por qué, ni tiene con qué, ya que se trata de una perfumería de alta calidad. Así que ni ella, ni "nadie" me llamará para regalarme nada.

Vivimos en un mundo en donde NADIE LLAMA PARA REGALAR NADA.

Dicen que antes, en tiempos de mi madre y de mis abuelos, llamaban a la puerta para regalarle un plato de comida, una vecina con otra compartían su sazón. Hoy la pizzería tiene mi número registrado para que cada vez que mis hijos me asaltan con la idea de pedir una cosa de esas, llame y ellos una vez hecho el pedido, vuelvan a llamarnos , pero no para regalarnos nada, sino para efectuar una venta.

Así funciona el sistema, ventas por internet, por teléfono, por la calle y hasta en las iglesias, cuántos discos  de cantantes, predicadores, escritores desconocidos y hasta terapias para perder peso y alcanzar mayor "santidad".  Un mundo de ventas, de compras, de mercado, de mercancías y objetos que van y vienen. Pero, un mundo donde ya no te llaman para regalarte nada, donde NADIE LLAMA PARA REGALARME NADA.

Este mundo actual  es un tremendo espacio de soledad humana.

Un cristianismo posmoderno atento y sincero, que no se enrede en los negocios de este mundo vendiendo más productos
mágico religiosos, puede establecer una salvífica diferencia, llamando a las puertas del corazón humano para ofrecer algo gratis, a Jesús, con el mensaje de sus inolvidables palabras: Yo estoy a la puerta y llamo, si alguno abre, cenaré con él y el conmigo".
Los líderes, pastores, miembros y amigos, pueden regalar sonrisas, solidaridad, acompañamiento, paz, amor, alegría, agapes, comidas conjuntas y todo con el único afán de ser diferentes, revolucionarios frente a un sistema en donde no se regala nada, ser el agente del reino de la luz, y no de las tinieblas en donde NADIE LLAMA PARA REGALARME NADA.

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