martes, 21 de agosto de 2012

HERMENEUTICA DE JORGE ROJAS EN CASCAJAL



La vieja hermenéutica conservadora hacía mucho énfasis en la finalidad del autor con respecto a lo que quiso o no decir con determinado texto. De tal forma que, lo que el autor, el hombre escribió, descubrirlo en sí como tarea hermenéutica constituía al final de cuentas, el descubrimiento de  saber qué Dios quiso decir en ese momento y por ende a nuestro momento actual. De esa manera los conservadores nos obligaron a aceptar que esa intención del autor era la Palabra de Dios.
Por otro lado las escuelas liberales, representadas en la interpretación histórica de la alta crítica y de la baja  nos llevaron a un ejercicio hasta la modernidad, tratando de decifrar lo que el autor dijo recurriendo al historicismo, el análisis cultural, las teorías documentarias y el llegar hasta la génesis de todo el quehacer literario. Fue un aporte interesante, pero  nos llevaron a afirmar que lo que Dios dijo,  siguiendo la perspectiva tradicional, es decir lo que el autor quiso exactamente decir, no era más que palabra humana.
Después de la influencia de Gadamer y Ricoerd, el autor pasó a un plano secundario y el texto en cuanto tal vino a ser lo importante, tomándolo como un sujeto con vida y personalidad propia. Así mismo ocurrió con el lector, o la comunidad lectora actual, vino a convertirse en el coautor del texto en la dinámica de diálogo, en la que éste, el coautor hace la interpretación desde su estado, situación, circunstancia. Desde su tristeza y alegría, desde su campo, ciudad, negritud, desde su espiritualidad temporal aunque no necesariamente histórica como diría A.Robles, ni necesariamente dogmática.
El texto entonces viene a ser un portador de Espíritu. Palabra y Espíritu en el texto. Pero, también Palabra y Espíritu en la comunidad o en el sujeto lector actual. La hermenéutica del Espíritu, es una visión posmoderna desde el pentecostalismo real y teológico, que siguiendo las reflexiones B. Campos, por ejemplo, nos llevan a una vigencia positiva de la lectura neumatológica de la Escritura , desde la experiencia pentecostal de las comunidades expandidas especialmente por toda nuestra América caribeña y latina.
El Espíritu operando por la palabra escrita y en la comunidad lectora eclesial para así brindar una presencia de Palabra y Espíritu traducida a la realidad de las vidas de nuestras gentes, en nuestros propios pueblos.
Por eso me interesé en la hermenéutica de un pastor de Cascajal una comunidad  tica hundida en una ignorada loma,  donde un joven pastor, ya no tan joven como cuando inició, con la única herramienta de la pasión, abre el texto, no para lograr una exégesis desde los autores, ni desde lo académico, porque ni siquiera se la entenderían  sino desde el olor de las vacas, recibiendo del Espíritu, la hermenéutica de esa Palabra con  Espíritu. junto  la fe  de los lectores vitales, donde ese mismo Espíritu se convierte en Palabra Viva y multiforme para un sencillo lugar como Belén, como Cascajal, con las mismas dimensiones de Harvard o de la catedral de Canterbury, en la conciencia de este pastor, o quizá mayor, porque en Harvard ni en Canterbury creo que hay ese corazón ardiente que se encuentra en la comunidad cristiana de La Tierra Prometida, allá en Cascajal, una comunidad oliente a Cristo. Confieso que envidio a ese pastor por estar tan bien sembrado en esa tierra que fluye leche y miel, de seguro que, no necesitará hacer viajes a Tierra Santa para sentir la presencia de Dios ni ir a otro sitio para morir y desde allí resucitar cuando Cristo venga en las Nubes, no de Coronado, sino del cielo universal.

1 comentario:

  1. Hace días no escuchaba reír de tan buena gana a mis esposa, mientras leía "ya no tan joven".

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