viernes, 24 de agosto de 2012

LOS ESTUDIANTES DEL SEBID SON GENTE FUERA DE SERIE

El SEBID  es el Seminario Bíblico de la Iglesia de Dios en República Dominicana. Por esas cosas de la vida me ha tocado la oportunidad de ser profesor en ese centro tanto al programa de licenciatura como a los jóvenes internos que se perfilan para pastores y ministros en dicha institución.

Por mucho tiempo, tanto en este país como en el extranjero he sido profesor de Religión, Teología, Filosofía y Psicología en diversos niveles, especialmente en el universitario. Son muchos las buenas y malas experiencias.

Pero algo extraordinario todavía no me había sucedido como esta vivencia de ser maestro de estos estudiantes de SEBID, perteneciente a una institución religiosa que no es propiamente en la que estoy afiliado, así que no son muchos los vínculos o arraigo que tenemos  con esta realidad institucional y existencial de la Iglesia de Dios, pero uno siempre está abierto a ser sorprendido y eso me sucedió.

Sinceridad, amor, deseo de aprender, identificación, vocación de servicio, pasión misionera, compañerismo y urgencia de una hermenéutica que les posibilite adecuarse a los nuevos tiempos y ser de bendición para un contexto tan cambiante como el mundo posmoderno, al tiempo que no caer en el comercialismo mercantilista de los nuevos negocios de la religión, se reflejan en estos jóvenes, muchos de ellos todavía con cara de niños y de niñas,  como Kiara, como Esteban, Charlie y otros, cuya lista sobrepasa a los doce, que como los apóstoles  han dejado sus hogares para venir , formarse e ir detrás de una voluntad divina que como Abraham que sin saber los detalles de la obra por realizar,  obedecen al Espíritu  con un sentido de sacrificio que me deja con la boca abierta.  Oran, estudian, sueñan, lloran, sonríen, pero no dejan por nada el arado donde han puesto sus manos para no volver  atrás.

Mi conclusión ha sido que fui a enseñarles una asignatura pero quien recibió la mejor lección, aún siendo un viejo maestro curtido,  fui yo: que vale la pena haber pasado por la injusticia, el sacrificio, la ingratitud de grandes centros de enseñanza, cuando la providencia te lleva hasta un humilde hogar de estudiantes, sencillos, pero con un gran corazón y un índice de inteligencia cognoscitiva, emocional y espiritual fuera de serie. Nunca he tenido estudiantes tan inteligentes en mi trayectoria de más de 35 años  de docencia y en las puertas de mi vejez.

Visiten ese seminario que se encuentra en Villa Mella, Santo Domingo Norte, República Dominicana y al contacto con los estudiantes y profesores tan "sui generis",  saldrá con el alma potable para sonreír y decir GLORIA A DIOS por esto.

1 comentario:

  1. Gracias querido profesor por tan lindas y edificantes palabras. para mi fue un honor recibir sus clases, que por cierto, aun estan retumbando dentro de mi, con un deseo de seguir investigando. Lo queremos.

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