domingo, 30 de septiembre de 2012

Por qué a veces nos queremos morir


Filipenses 1:21-30
21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.
22 Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;
24 pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
25 Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe.

El texto paulino define varias cosas, primero qué es vivir. Luego qué es morir. Seguido plantea lo que es el deseo, para pasar a lo que es necesario, para finalizar con una convicción. De allí establece un curso de vida.

Vivir es Cristo. Morir es una ganancia. Deseo morir. Pero es necesario seguir vivo por el propósito objetivo de la vocación. Tengo que fijar una ruta de vida.

¿Por qué una persona no quisiera seguir viviendo? Hay muchas respuestas a esta pregunta, desde la depresión hasta el agotamiento. Quizá el apóstol Pablo estaba agotado. Porque es normal que en algún momento de nuestra vida nos cansemos de vivir y muchas veces a muy temprana edad, por problemas internos, familiares, del medio, o simplemente por algún factor desconocido, hay momentos como los del buen profeta Elías, que prefirieron morirse, o del mal profeta "bordeline" Jonás, que pedía la muerte antes que gozarse de la misericordia de Dios por los extranjeros y enemigos.
Muchos que desean morir se detienen frente al suicidio porque saben que no tendrán con eso ganancia. Pablo sí habla de ganancia, pero está lejos de ser suicida.

Pablo representa acá una diferencia marcada con ese sentimiento de no querer seguir viviendo. Para él es una ganancia, tiene utilidades personales, le caería bien "estirar la pata" como dicen en los campos de mi país. Por fin estaría solo centrado en lo placentero, en lo vital: CRISTO.

Y ahí está el punto principal. Tener una razón válida  para disfrutar de ese evento personal  llamado muerte. Para Pablo no son los hijos, ni los hermanos de la iglesia, ni siquiera la predicación. Esos serían motivos para seguir viviendo, no para morir.

Para Pablo la razón no está en sus obras, ni en sus amores, ni en sus ilusiones, enfermedades, o injusticias que haya sufrido. La razón está en que la vida que tiene, nadie se la puede quitar, ni la muerte. La vida eterna que mora en el tiene un nombre, JESUCRISTO.Esa vida para él no está en una esposa, ni en una cuenta bancaria, ni en sus doctorados, ni siquiera en la religión, está en una persona que se le ha encarnado como vida eterna: JESUCRISTO.

Al final acepta seguir viviendo, por los hermanos, por el evangelio, por tantas cosas... que lo llevan a fijar una ruta de vida. Pero, todo eso es secundario para él. Cristo es la razón de su deseo de morir feliz.

Pregunta que asalta: ¿Qué nos lleva a desear morir?

Lo que tengamos dentro, a Jesucristo, su vida resucitada, su amor eterno, su realidad divina en mí, su presencia real y sacramental, eso es lo único que puede hacernos estar felices con morir y hasta con la difícil tarea de seguir viviendo, sobre todo si se tiene que convivir con el dolor de un cáncer, o de una enfermedad crónica de la psique.

sábado, 29 de septiembre de 2012

La infidelidad en la persona con apego inseguro.


Durante la infancia el niño trata de apegarse a su madre, a su padre y a los que le den seguridad. Todo ser humano necesita vincularse en la infancia con modelos seguros, especialmente sus padres.

Cuando el niño se apega a modelos no seguros, se establece en él una inseguridad crónica. No logra meter en su mente un programa que le facilite el res
to de su vida estar seguro internamente.

Al no tener un modelo seguro, se apega inseguramente a lo que tiene y vive su vida con una agenda incompleta, buscando a quien engancharse hasta que logra establecer una pareja, a la cual depende de forma desesperada. Pero, como no tiene seguridad interna, establece otras relaciones por si acaso su pareja lo llegue a abandonar. Si su pareja lo abandonara ya él tiene sus sustitutos, este es su razonamiento trastornado.

Por eso es que cae en infidelidad, buscando asegurarse con varias, el apego que necesita y nunca encuentra.

Así que ese tipo de hombre o mujer infiel, cae en el pecado, situación que además de ser eso, pecaminosa, es dolorosa y requiere de sanidad interior.

Conocemos casos de cristianos, personas amadas y amables , que arrastran una situación interna de apego inseguro, han caído en graves situaciones por falta de una atención a tiempo de su condición fragmentada y golpeada por este mal.





Pare la incertidumbre




Si queremos un dios a nuestro antojo, no sería Dios, además, al final de cuentas terminaríamos desilusionados puesto que no hay un dios que siempre actúe así complaciendo a la gente, 
porque la vida está llena de incidentes en los que no siempre nos va bien.
La Biblia nos habla de un Dios creador que interviene  cómo el considera que debe hacerlo , de un Ser humano y protagonista de su propia historia.

El Génesis nos presente  un Dios creador y eso lo realiza sin la intervención de nadie, sin ayuda alguna, sólo con su palabra, con sus mismas manos, siguiendo una figura bien  entendida por eruditos y por campesinos.

Luego viene la historia, el tiempo, la vida terrenal, en la cual el hombre sí puede hacer y transformar muchas cosas, algunas no, como el hecho de la muerte, fatal  limitación que golpea  al hombre carnal que tiene conciencia del evento y no logra asimilarlo por su innato deseo de ser como Dios, inmortal.
Después de ese tiempo histórico terrenal, el ser humano  no puede hacer nada, pero Dios sí, siempre y cuando sea soberano,  él continúa su plan con todo lo creado y con cada vida en particular. Por eso Jesús dijo, que ha venido para darnos Vida Eterna.

Si Dios no es soberano, entonces todo dependería de leyes  anónimas, de seres extraños y extraterrestres, de el hombre finito o de la nada y del absurdo. De dioses no soberanos.

No es que esta vida sea fácil, no lo es para nadie. Pero, si Dios es Soberano, como realmente creo que lo es, entonces todo tiene  sentido aunque yo no lo entienda. Entonces, hasta mi quebranto irreparable en mi psique humana o en mis finanzas  tiene algún futuro, el que fuere, pero lo tiene ya que un Dios soberano, tiene control de todo.

Creo que Jesús es la clave hermenéutica para entenderlo. Leyendo  los evangelios comprendemos mejor la soberanía de Dios en Cristo, quién es Dios, quién el hombre y nuestra esperanza despertada  por la fe en ese Dios soberano capaz de levantar a su hijo de la tumba y elevarlo a otros oficios. Eso puede hacer también por mí.


martes, 25 de septiembre de 2012

Puedes confiar en tu novia/socio/ó amigo




Son 5 los aspectos a tomar en cuenta para confiar en alguien ya sea como profesional o como fiel amante.

1. El primer aspecto es que esa persona tenga la capacidad suficiente. Confío en mi médico por su alta capacidad en su profesión.

2. El segundo elemento es si esa persona es honesta. Si ese médico me dice la verdad y me cobra lo justo, entonces confío en él.

3.El tercer elemento es la salud emocional, su estabilidad. Si tal galeno es emocionalmente inestable no dejaré que me ponga una mano encima.

4.Si ese médico anda por ahí contando los detalles de mi enfermedad, entonces, no tiene ética, no es confiable. Le falta lealtad.

5. Su coherencia.El que actúa en un lugar de una manera que en otro, arrastrando contradicciones y posturas muy disimiles, entonces no es confiable ya sea porque sufre de un trastorno de personalidad o porque moralmente no es suficiente para funcionar en una relación que demanda ser consecuente con la realidad y la verdad.

¿Puedes confiar en tu futuro socio o en el que va a ser tu cónyuge?

 Pues pregúntate:

1. Tiene capacidad para ese oficio o tarea?

2. Me ha mentido alguna vez?

3. Está bien de su mente, es emocionalmente estable?

4. Sabe guardar un secreto?

5. Tiene esa persona una misma ideología en todo momento, o la cambia según las conveniencias.

Respondiendo a esas preguntas podrás tomar una decisión conciente, de si te casas o no, de si contratas a ese profesional o viajas con esa marchante

Los discípulos confiaron en Jesús porque reunía todos estos requisitos.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Los buenos resultados requieren paciencia

Los buenos resultados requieren mucha paciencia.
La paciencia no es sentarse a esperar, aunque a veces hay que hacerlo, eso sería pasividad.
La paciencia es una virtud del que respeta los esfuerzos realizados.
Una persona que se ha esforzado mucho por lograr metas, obviamente, cuidará su
trabajo como el buen campesino su siembra.
Así que paciencia es saber esperar. Pero esperar "algo concreto" y solo se puede obtener
esa materialización no por medio de la magia, ni de palabras fantásticas, sino de la inversión
de tiempo, recursos, talento, capital, trabajo, fuerza física o intelectual, en el marco de
un proyecto real.

Paciente, entonces es aquel que espera no quimeras, sino resultados de su
trabajo real.

Seamos pacientes que a su tiempo el sembrador verá el fruto de su trabajo, nos dice
la Escritura.

viernes, 21 de septiembre de 2012

La nueva espiritualidad tuitera




La Real academia española de la lengua, ha aceptado  para el diccionario del 2014   los conceptos “tuitear”, “tuiteo”, y “tuitero”. También : blog, bloguero, tableta, libro electrónico.

Ya escucharemos a los niños repitiendo las conjugaciones de estas nuevas nomenclaturas:

  Tuiteo, tuiteas, tuitea, tuiteamos, tuitean, tuiteáis... tuité, tuiteaste, tuiteó, tuiteamos, tuitearon... tuitearé, tuitearemos, tuitearán... tuitearía, tuiteairíamos.

 Esta es una nueva glosolalia que los del siglo pasado acaso logramos parcialmente entender. Carecemos de esas claves hermenéuticas del lenguaje evolucionado por la ciber-electrónica y la sociedad de mercado que rige la cultura.

Se están haciendo cosas que siempre se han hecho, pero de una manera novedosa: Orar, por ejemplo. Rezar para los católicos romanos.

Los jóvenes cristianos ya han comenzado a  hacer lo que siempre hemos hecho los creyentes,  pero de otra manera, mediante la tuiteoración, tuiterevangelización, y  la facebookteología. Comencemos a escribir estas palabras  sin "comillas", ya que en poco tiempo serán conceptualizaciones normales.

Se le llamará  tuiteoración a la cadena de oración utilizando las redes sociales.

Estamos en el núcleo de un huracán silencioso,  una tuiterespiritualidad, y los historiadores eclesiásticos del futuro hablarán de la escuela teológica tuitérica en contraposición con la facebólica. Y así evolucionará el pensamiento: un anticristo chateando, utilizando skype, y estableciendo su oficina en un  mall de europa o Jerusalén.

Estoy esperando que los nuevos teólogos , en su adolescencia teológica,  especialmente dominicanos, pentecostales , no exclusivamente, produzcan nuevos aportes dentro de una Teología de lo virtual.

Teólogos del futuro como Charlie Ramírez, de la escuela de pensadores del Sebid, se anime y comience a escribir junto a  Esteban, Niurca, Miguel Angel, Silvio, y otros igual de brillantes tesoros que descubrí en un rincón de Santo Domingo Norte, el Sebid,  como si fueran manuscritos antiguos pero de un valor actual incalculable. Serán los exégetas, hermenéutas y escatologistas  clasificados quizá como  tuiterteólogos, tuiteros teológicos, o seminaristas de la era del twitter.


jueves, 20 de septiembre de 2012

QUIENES SOBREVIVEN EN UN MUNDO TAN CRITICO



En  en el proceso evolutivo juega un papel importante el poder. Los más fuertes vencen a los más débiles y son los que logran escalar a un estado de mayor calidad y capacidad de adaptación y desarrollo. Eso dicen los que predican el evolucionismo.
Esta idea tiene mucho de verdad: hay que capacitarse para tener herramientas que nos permitan competir y participar en la vida social.
Visto así, la vida es una carrera donde triunfa el más fuerte, el  hábil, el más “tigre”, el mejor dirían otros. Muchas sociedades que han pensado así se desarrollaron hasta convertirse en un imperio, pero se derrumbaron por falta de valores éticos y morales.
Como cristianos tenemos que tomar en cuenta que nuestros valores no son los del sistema materialista evolucionista.
La ley del más fuerte frente al débil no es nuestra norma.
Apreciamos dos  leyes dadas por Dios, como reglas fundamentales, la del  amor y la de la fe.
La fe nos tiene que llevar a ser fuertes, desafiantes frente a los obstáculos. Pero, al mismo tiempo la otra ley, la del amor , debe llevarnos a no perder de vista, la gloria de Dios,  la solidaridad humana, la compasión por los débiles , el reino de Dios y su justicia.
¿Quiénes van a sobrevivir en un futuro crítico que ya comenzó? Los que tengan fe, los que puedan confesar que “todo lo pueden en Cristo, su fortaleza”, pero al mismo tiempo los que abren su corazón a Dios y al prójimo,  como aquella viuda de Sarepta amiga de Elías el Tisbita,  que fue movida en su fe a compartir su última comida  antes de morir ella y su hijo de la hambruna del momento.
Su sorpresa como resultado de esa fe y amor: la  visita de  la prosperidad en medio de la escasez.