domingo, 13 de mayo de 2012

La Bendición de la Incertidumbre

La incertidumbre la hemos sentido todos cuando nos preguntamos qué pasará con nosotros en el futuro.

Salimos a la calle y no sabemos si regresaremos. Nuestros hijos van a sus escuelas y estamos acostumbrados a que regresen sanos y salvos, pero, si un día no ocurre eso, si el adolescente toma el camino del bien o del mal. Si mi padre dura muchos años o se le descubre un cancer. Cuánta incertidumbre.

En el ejercicio de nuestra fe, vamos descubriendo que la incertidumbre no es tan mala, es solo un velo y detrás de él está lo desconocido, lo que no ha venido todavía. El misterio. Y, muy posiblemente, lo mejor.

Quizá venga lo mejor. Por lo menos para los que hemos proclamado aquello de que para los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a bien, según Pablo lo expresa en la carta a los romanos.

La buena noticia nos dice

“Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido.
Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?
¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo?
Pues si no podéis aun lo que es menos, ¿Por qué os afanáis por lo demás?
Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos.
Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? (Lc: 12:22-28)

Yo pienso que la incertidumbre es una bendición, detrás de ella hay una situación, una persona, un acontecimiento, una esperanza, un movimiento del angel removiendo las aguas, algo que no teníamos, algo que es nuevo, un accionar de Dios para el que ha movilizado a su favor la fe, la confianza, la certeza.

Ten la seguridad de que sea lo que sea, detrás de esa incertidumbre, si reposas en el Señor, habrá para ti, tarde o temprano una gran bendición. A lo mejor hasta te mueres y tu alma entra en el gozo de lo que aún no conoces. En ese caso extremo es una bendición eterna, pero en ese problema que tienes podría ser una puerta nueva que está conspirando a tu favor, para tu bien.

No temas a la incertidumbre, ni al proceso, confía en el Señor de tu vida, en Cristo, que es la puerta para tu bendición. RECIBELA.

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