martes, 15 de mayo de 2012

Cura de almas, no curanderos


Lucas 4:18« El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas á los pobres: Me ha enviado para sanar á los quebrantados de corazón; Para pregonar á los cautivos libertad,
Y á los ciegos vista; Para poner en libertad á los quebrantados.

Sobre ciertas personas el Espíritu de Dios se posa, con la finalidad de producir  la sanidad del alma, de la mente,
del corazón, de la parte no necesariamente
física, aunque somos desde el punto de vista holístico, un todo, solo separable por la acción del Espíritu
Santo de Dios en el proceso de muerte, estado intermedio y resurrección final tal y como lo enseña la iglesia cristiana.

Un curador de almas es alguien que no encuentra otro oficio en la tierra, aunque se dedique a vender
seguros de vida. Es alguien señalado por Dios para eso, si es médico tendrá muchas ventajas al conocer de
mejor manera el cuerpo humano, si es sociólogo entenderá mejor el entorno y contexto que posibilitan o
limitan a esa alma histórica y social, y si es panadero entenderá mejor las funciones del horno con respecto
a la masa antes de su trasmutación en alimiento que acompaña al café con leche y si es madre tendrá una
sonrisa de la que no goza mucho un general de la marina.

No importa el oficio, se trata en este caso de un llamado, no a fabricar pan, ni arreglar sillas o servir
platos en un restaurant o ser un burócrata de alto nivel, se es curador de almas por misión divina.

Muchos personaJes en la Biblia y fuera de ella fueron curadores de almas. El profeta Eliseo, por ejemplo.

El curador de almas no cobra por su oficio, eso lo hacen los curanderos, no necesita un consultorio aunque lo tenga, como lo hacen los psicólogos seculares.  Jesús nunca
tuvo uno, solo una barca prestada o una piedra no arrendada.

El curador de almas no tiene un frasco de medicina aunque puede usar la que tiene a la mano, el buen samaritano
de Lucas 10, usó el vino y el aceite para curar el herido. La mujer que unge a Jesús derramando un perfume para autosanar
por medio de esa adoración.

Qué utiliza entonces el curador en tu trabajo?, la compasión. El es la compasión, no la lleva en una vasija,
sino en el corazón , su presencia es el medio humano para la sanidad divina.

El curador de almas no tiene un tema, evangeliza  la presencia, de Dios, de Jesús el Cristo de la Gloria,
del Espíritu Santo por medio de su silenciosa o ruidosa ministración.

El curador de almas no es un religioso profesional,  es un David en el campo,  nacido rey antes de ser declarado tal,
sanador de ovejas herida oloroso a la miel silvestre y lana sin recortar.

El curador de almas no es un teólogo, él es teología, de la mejor, que no requiere la estructura ideológica
sino la mirada de fe.

El curador de almas ni siquiera es profeta, él es una profecía realizada.

El curador de almas es un incomprendido, porque su propia alma quizá esté permanentemente enferma
de un aguijón que estimula la gracia, la humillación y el infinito silencio de lo que no se puede
comprender por el momento.

El curador de almas no encuentra en ningún pensum su asignatura ni su profesión. Aunque un curador de almas
requiere el aprendizaje del ejercicio de tan necesaria virtud.

Jesús es curador de almas. Y sus ayudantes también, los curadores de almas cotidianos. El que te animó para seguir adelante, el que te inspiró con una nueva idea, el que te llevó al templo, el que te visitó en el hospital, el angel que te acompañó cruzando ese río desbordado.

Recientemente un amigo se sorprendió de que yo creyera en ángeles si son producto de los  persas me dijo él, yo no sabía que los persas parieran ángeles. En otra nota hablaré de los ángeles, no sé cuando pero lo haré.

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