En estos días que estoy fuera de mi casa y comienza a hacerme falta mi almohada,y con ella el calor del cuerpo de mi esposa, las mañanas alegres de mis hijos tragando la leche como terneros pegados a una vaca, gluc, gluc, gluc , poemas de mi hija aún por hacer.
Un viejo profeta se acercó a mi y me dijo: valóralo y úselo , porque te vino de arriba.
Posiblemente se refería al ministerio y sus dones , a lo recibido por el reparto generoso y divino.
Pensé en los talentos, especialmente en el don de profetizar pero, también en todo lo que está cerca de mi, y que a la distancia puedo valorarlo y saber usarlo para sobrevivir, para vivir, para ser más felíz.
Si no estás valorando y usando lo que tienes a mano, tome distancia, aléjese un poco, porque a la distancia se aprecia lo que siempre has tenido cerca.
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