domingo, 13 de mayo de 2012

El Jesús de la Exégesis o el que Salva

Si predicaramos en los templos y campañas evangelísticas el Jesús de la exégesis que estudiamos en los institutos y escuelas teológicas universitarias, posiblemente nadie se convertiría.

El Jesús del cual dan testimonio las gentes que se convierten a él hoy en día, sean campesinos o artistas de la farándula, es un Cristo que se presenta a sus vidas de una manera profunda por medio de una experiencia personal.

Miles de gentes dan testimonio de este Jesús, que también lo encontramos en la lectura no crítica de los cuatro evangelios y en la primigenia predicación de los apóstoles.

Pero, dificilmente encuentra uno a alguien que confiese que habiendose inscrito en un curso de hermenéutica o en el estudio crítico de los sinópticos alcanzó salvación mediante la experiencia de Jesús como su Señor y Salvador.

Ese Jesús sencillo, predicado por los pastores y evangelistas que van por el mundo anunciándolo es el que está llegando a las masas mediante modalidades desde lo tradicional hasta las metodologías más modernas de llevar este mensaje emotivo y espiritual que es el que prefiere el hombre de hoy y el de ayer también, a un Cristo presentado como Salvador, que murió para el perdón de mis pecados, que me introduce en una nueva vida y me lleva a saborear las experiencias del Espíritu Santo y las victorias individuales de la fe.

Sin embargo, la exégesis aplicada al estudio de los textos testimoniales de Jesús son bien interesantes pero para mí y para unos cuantos que quisieran conocer más desde el punto de vista intelectual, pero en realidad muchas veces, si estos estudios no son orientados adecuadamente, podrían arruinar esa experiencia primordial de sentirse salvo, querer traer a otros a Cristo y gozarse hablando en lenguas y confesando la santidad y el poder del Espíritu Santo.

Armonizar ambas cosas ha sido una tarea muy dificil para alguno de nosotros, los que un día lloramos nuestros pecados aceptando al mismo tiempo a Jesús y a la vez las circunstancias nos pusieron en la línea de conocer intelectualmente algunas profundidades de la ciencia y las escrituras.

Algunos disfrutan viendo a personas que practican una fe sencilla, pasando por un proceso de crisis mediante estudios complejos de exégesis hipotéticas algunas, aparentemente concluyentes otras, porque entienden que esta criticidad le hace bien a todo el mundo.

Prefiero que la gente disfrute de lo más importante, lo que puede ser objeto de ser vivencia de la fe, si esto es la más sencilla devoción a Jesús, aún en términos infantiles para algunos, pues que bueno, al fin y al cabo el evangelio nos llama a eso, a ser como niños que no cuestionan mucho a su padre que les provee diariamente el sustento y su compañía.

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