sábado, 19 de mayo de 2012

Es necesario pasar por Samaria





"Cuando, pues, el Señor salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. Y le era necesario pasar por Samaria. Vino pues a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo e Jacob. Entonces Jesús, se sentó, .. Vino una mujer de Samaria sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de Beber"...........  Juan 4:1-7.

Por alguna razón le era necesario pasar por Samaria. Aparte de las razones geográficas o teológicas, respecto a la adoración en las tradiciones entre judíos y samaritanos hay una de orden espiritual.

 El encuentro con una mujer.

Una mujer que tiene un poder,  un pozo y una  rutina de sacar agua, para saciar la sed del cansado.

Las mujeres tienen mucho poder, por siglos han aprendido mucho para producir y reproducir la vida cotidianamente. Han sido por tradición generacional las que alimentan y saben cómo hacerlo.

Ahí está Jesús, a expensas de lo que haga esta mujer a su favor. Sus discípulos andaban comprando comida, pero la sed es más desafiante que el hambre. Y esta mujer tenía el poder.

Gracias a ese poder de la mujer, el mundo todavía esta en pie.

Esta chica poderosa de Samaria   llena de prejuicios raciales, sexuales, religiosos, víctima quizá de los hombres, de su padre y de sus muchos esposos tiene ahora el  poder, dar vida. Tiene el pozo, el cántaro, la técnica, toda la hermeneútica a su favor.

Jesús le pide agua porque tiene sed y se encuentra con un corazón incapaz, bloqueado en sus prejuicios y opresiones que no la dejan ver esa necesidad primordial y por ende tampoco  su propia necesidad fundamental.

Jesús le señala el agua espiritual como la única que puede saciar su sed interior, le argumenta acerca del camino para recibir esa libertad que está más allá de los prejuicios y de una vida atrapada en las relaciones opresivas.

Por eso le era necesario pasar por Samaria, para tomar agua de manos de una mujer poderosa porque tiene la llave del pozo  y para darle de beber a su  espíritu  el don de Dios, el agua que salta para vida eterna, solo espera una decisión de su parte.

Por alguna razón pasamos por esta vida.
Por alguna razón hemos tenido que coger ese bus o ese avión y por alguna razón nos ha sido necesario llegar hasta donde hemos llegado y tener la necesidad que tenemos.

Lo que he aprendido de esta reflexión es que  tenemos  muchos poderes,  bienes, talentos, conocimientos, destrezas o herramientas, pozos y cántaros, agua, mosto y trigo. Y que un simple caminante con sed, podría ser el cántaro lleno de un agua especial como lo es la compasión, el amor, la solidaridad, el don de Dios, la gracia y la bienaventuranza del cielo.

Tener el poder material es una gran oportunidad y ministrar el espiritual es una enorme bendición

El intercambio sin prejuicios, esa es la clave de una sinergia maravillosa,del griego συνεργία, «cooperación» y eso se aprende pasando por Samaria, es decir, por donde nos es necesario pasar en este camino del alma.

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