sábado, 28 de julio de 2012

RELIGIONES LIQUIDAS Y LICUADAS


Zygmunt Bauman, ganador del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, acuñó el término sociológico actual de “la modernidad líquida” para referirse a un tiempo sin certezas,  la modernidad para él tiene dos caras una sólida, y la líquida, digo posmoderna, un tiempo de tránsito donde todas las cosas, incluyendo lo religioso se hace cada vez más líquido, menos sólido y no necesariamente gaseoso.
El individualismo en la perspectica de Bauman es la característica de una fase posterior a la acumulativa en el desarrollo del capitalismo dentro de un tiempo cambiante, líquido, donde todo es transitorio, sin solidez,  de  tensiones de todo tipo, personales, sociales, ambientales vienen a ser parte de todo este momento  donde el prójimo es visto como objeto de incertidumbre, como un extraño y por ende como objeto de rechazo, peligro y falta de higiene en el sentido social y existencial del término, lo promiscuo,  minorías étnicas, culturales, sociales y religiosas, decadencia es la tónica, en todos los órdenes, desde el estado, la iglesia, las instituciones tradicionales y el concepto psicosocial más adecuado: desvinculación.  “Dicho de otra manera, los marginados son el punto de reunión de riesgos y temores que acompañan el espacio cognitivo. Son el epítome del caos que el espacio social intenta empeñosamente (...) sustituir por el orden” (Z. Bauman, Modernidad Líquida, 2004) .La desvinculación, lo superfluo, el resultado costo beneficio, liquidez financiera y existencial.  La metáfora de la sociedad como esferas, imagen morfológica del mundo poliesférico de la tesis de Sloterdijk en el que el ser se identifica con la burbuja, con el invernadero, con el ámbito de su seguridad  en este posmodernismo en la línea de la liquidez es una muy frágil corriente cambiante, llena de incerdumbre, donde  el entusiasmo, los flujos de inmigración, el fluir virtual traspasan las fronteras, unos van y vienen en cumplimiento de la profética visión de Daniel, gente de aquí para allá, mientras la ciencia tecnológica avanza a pasos largos, y la economía al igual que la moda se globaliza fluyendo ayudada por "Paiypal" y otras agencias de protección virtual a la liquidez, mientras  la religión se recrea produciendo nuevas propuestas  líquidas y posibles, cuyas burbujas no son ya los  dogmas primitivos e históricos sino una respuesta de alivio para el hombre y la mujer de las ciudades, metrópolis del miedo, como las llama nuestro el filósofo polaco, representando  una gran paradoja , que se construye por medio de murallas como las llama Sloterdijk , donde la principal adicción " la adicción a la seguridad" de la cual no se disfruta pese a  esas  murallas de todo tipo llegándose a  lo que Zygmunt Bauman, cataloga como “normalizar el estado de emergencia”.
El miedo se convierte  en un ingrediente que fluye como la leche y la miel de la Tierra Prometida. Miedo a todo. De tal forma que el tema teológico de la religión líquida deja de ser el fundamentalismo o la preocupación social  tan defendida por la predica de  la iglesia  liberal, sino el psicologismo teológico proveedor  de un alivio o catarsis para no morir de miedo.
 Polizas de seguro en el gran mercado de la calle  y cielos líquidos de paz y seguridad en el de la iglesia como terapia alternativa  en las tres avenidas de lo religioso: adentro, en el límite y en lo común tal como el  teólogo holandés  De Groot explica , el fenómeno líquido en la esfera  religiosa propiamente dicha, el fenómeno líquido religioso en los límites entre lo religioso y secular y en tercer lugar en el lugar común entre religión y cultura.
En estos momentos de proceso y tránsito de la sociedad humana, la religión vuelve a tomar un papel predominante, no en términos sólidos de un poder político hegemónico como lo hizo en el Imperio Romano a partir de Constantino, ni gaseoso conceptual como lo hiciera desde la Reforma hasta nuestros días, sino desde lo líquido, es decir desde lo holístico de la religión en sí, o en sus límites con respecto a otras esferas o en lo común. tal  como lo expresa en su artículo C.N.de  Groot, titulado  Las tres formas de religión líquida, I.R,2008, vol.11 refiriéndose a lo ya dicho, dentro, en el límite y en lo común. Dentro de la iglesia, en la segunda esfera de las capellanías para enfermos, prisioneros por ejemplo y  en tercer lugar en el quehacer cultural, de la polis, de la comunidad y de lo que nos une como humanos.

Un cristianismo evangélico que no reflexione sobre estas realidades para encontrar fórmulas adecuadas para la vigencia de  la sólida doctrina de Cristo en una sociedad que pasa por la transición de la liquidez hacia otros estamentos, simplemente, pasará a ser, ese cristianismo paralizado, un objeto más del  museo de la historia de la religión, al quedar sin vigencia en el fluir de las actuales esferas y espumas de una sociedad difícil de interpretar y de participar en ella, por su carácter líquido y licuado.



2 comentarios:

  1. Creo que tengo nuevos elementos para enriquecer mis reflexiones teológicas.

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  2. Esa es la idea, Miguel F. ilustre biblista y practicante de la ciencia económica.

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