domingo, 8 de julio de 2012

CADA PERSONA CON SU LITURGIA


CADA PERSONA CON SU LITURGIA
Liturgia, significa la forma en que se realiza  un rito o ceremonia generalmente pública, se le considera un servicio al pueblo.
En el corazón de la liturgia está el rito y en el de éste está el símbolo y el significado, que a su vez despliega un sentimiento llamado “ religioso” es decir que lo liga con algo por encima de él, algo trascendente. Además está presente lo material, pan, vino, aceite, agua, etc. elementos naturales y ordinarios que se refieren a la vida económica y alimentaria de un determinado grupo, persona o colectividad.
Cada persona a su vez, elabora su propia liturgia de vida, es decir sus rituales o ceremonias para celebrar la vida, para rechazar los males, para evitar o asimilar cotidianamente la realidad más cruda, cual es la muerte.
Los ritos por lo tanto participan en el binomio vida y muerte.
Una mujer está barriendo su casa y al mismo tiempo realizando una liturgia, desaloja la basura, regaña a los niños porque sus juegos perjudican su labor, canta al mismo tiempo un himno solemne o una bachata popular, todo ello para celebrar la vida, manteniendo la higiene, la salud y la estética familiar pero por debajo de todo alejar la muerte del lugar. Si esta misma mujer estuviera entregada a la depresión, simplemente desearía no limpiar su casa y entregarla a la muerte sin otra liturgia que la de la entrega y abandono total.
Hay pues dos liturgias fundamentales desde este punto de vista religioso existencial. La liturgia de la vida y la de la muerte.  Si estamos vivos debemos actualizar nuestras liturgias vitales aunque en ciertos momentos hay que realizar algunas mortales, como lo son saber retirarse a tiempo  de un cargo, dejar un determinado vicio o conducta, abandonar una actitud prejudicial y esto requiere de una liturgia de muerte, de entrega, de desapego, pero orientada hacia servir a la vida y no hacia la idolatría de la muerte.
Vivimos en un mundo que adora la muerte y con una tecnología al servicio de la misma, anotemos  un solo ejemplo: la cultura de “comidas chatarra” que matan la salud de la gente, que generan  una ansiedad por vivir para comer  y el resultado es comer para morir. Obesidad y diabetes como pandemia reflejan lo que estamos diciendo.
Un cristianismo que desea seguir siendo vigente, debe colaborar en la implementación  de herramientas espirituales para la construcción de liturgias vitales, tales como la creación de espacios para adorar, jugar, colaborar, servir, construir, sanar y saber morir con dignidad, al final del ciclo normal, cuando se entregue el cuerpo a la tierra y el espíritu a Dios que lo creo, esperando la resurrección de los muertos y la vida de un mundo futuro alegre y provisto de más  liturgias de vida y no de muerte.

1 comentario:

  1. Gracias Rodrigo, muy buen enfoque de la espiritualidad "aplicada", y cada quien con su liturgia. Un buen ejercicio de protección de la diversidad en la vida de la gente. La religiosidad es así como dices. Un abrazo

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