La exégesis bíblica no define al cuerpo
doctrinal
Algunas
personas se quedan con la boca abierta cuando descubren algo en la Biblia que
por vía de la exégesis pareciera que tendría por ello que modificar su doctrina denominacional. De allí que muchos
dan tumbos de un lado a otro, siguiendo las conclusiones de uno u otro exégeta
al que leen o conocen.
Un cuerpo
doctrinal es un ordenamiento que pretende ser coherente acerca de lo que
determinada denominación cree. Es el resultado de una sistematización que
supone un sustento bíblico compacto soportado por afirmaciones bíblicas,
explicadas bajo ciertas categorías cognoscitivas auxiliares, capaces de dar testimonio de dicha creencia.
Por
supuesto hay doctrinas que por sus principios, ética, práctica y costumbres que
plantean, obviamente, de ninguna forma encuentran asidero en la Biblia, aunque
pastoralmente puedan tener diversos tratamientos: justificación del divorcio,
del crimen, de matrimonios alternativos, aborto, etc. Para un cristiano
evangélico pentecostal le sería saludable apegarse a lo que su denominación le
enseña como cuerpo doctrinal. Se ha dado casos de personas que comienzan a ser “despertados”
por algún gurú de la exégesis y luego este pobre hermano termina con su fe
debilitada y sin saber en qué creer.
Por
supuesto que hay personas con vocación teológica y una fe bien definida, que al
analizar conclusiones y estudios exegéticos, sobre todo de presunción liberal,
saben distinguir lo que son aproximaciones o resultados exegéticos parciales y
lo que es el cuerpo doctrinal consistente, coherente y de identidad que debe
conocer, respetar y enseñar. Pero no todo el mundo tiene esa madurez y por eso
hay gente confundida, rebelde, conflictiva y creativa también y hasta extremista radical tratando de cuestionar,
desmantelar lo estable, sin poder proponer nada que sea mejor que la validez del peso de la experiencia, la historia y la esencia que sostiene a lo conocido y
predicado por la denominación que lo representa.
Decía
Kiara, una alumna de teología que si a ella le demostraran que la Biblia no es
la Palabra de Dios, sería como si le llevaran una prueba de ADN indicando que
su mamá o su padre no es realmente su biológico progenitor , al final de cuentas siempre seguirá siendo su madre o su
padre real, porque ellos son los dadores
de educación, identidad, sabor y color de su vida.
Así,
es la Biblia, me decía ella: “ yo siempre seguiré siendo hija
adoptiva de la Biblia porque a través de ella vino a mi vida la fe en Cristo Jesús mi
salvador.
Su
argumento realmente me impresionó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario