lunes, 15 de octubre de 2012

Kiara, y el ADN de la Biblia


La exégesis bíblica no define al cuerpo doctrinal
Algunas personas se quedan con la boca abierta cuando descubren algo en la Biblia que por vía de la exégesis pareciera que tendría por ello que modificar su  doctrina denominacional. De allí que muchos dan tumbos de un lado a otro, siguiendo las conclusiones de uno u otro exégeta al que leen o conocen.
Un cuerpo doctrinal es un ordenamiento que pretende ser coherente acerca de lo que determinada denominación cree. Es el resultado de una sistematización que supone un sustento bíblico compacto soportado por afirmaciones bíblicas, explicadas bajo ciertas categorías cognoscitivas auxiliares,  capaces de dar testimonio de dicha creencia.
Por supuesto hay doctrinas que por sus principios, ética, práctica y costumbres que plantean, obviamente, de ninguna forma encuentran asidero en la Biblia, aunque pastoralmente puedan tener diversos tratamientos: justificación del divorcio, del crimen, de matrimonios alternativos, aborto, etc. Para un cristiano evangélico pentecostal le sería saludable apegarse a lo que su denominación le enseña como cuerpo doctrinal. Se ha dado casos de personas que comienzan a ser “despertados” por algún gurú de la exégesis y luego este pobre hermano termina con su fe debilitada y sin saber en qué creer.
Por supuesto que hay personas con vocación teológica y una fe bien definida, que al analizar conclusiones y estudios exegéticos, sobre todo de presunción liberal, saben distinguir lo que son aproximaciones o resultados exegéticos parciales y lo que es el cuerpo doctrinal consistente, coherente y de identidad que debe conocer, respetar y enseñar. Pero no todo el mundo tiene esa madurez y por eso hay gente confundida,  rebelde,  conflictiva y creativa también y  hasta extremista radical tratando de cuestionar, desmantelar lo estable, sin poder proponer nada que sea mejor que la validez del peso de la experiencia,  la historia y  la esencia que sostiene a lo conocido y predicado por la denominación que lo representa.
Decía Kiara, una alumna de teología que si a ella le demostraran que la Biblia no es la Palabra de Dios, sería como si le llevaran una prueba de ADN indicando que su mamá o su padre  no es realmente su biológico progenitor , al final de cuentas siempre seguirá siendo su madre o su padre real,  porque ellos son los dadores de educación, identidad, sabor y color de su vida.
Así, es  la Biblia, me decía  ella: “ yo siempre seguiré siendo hija adoptiva de la Biblia porque a través de ella  vino a mi vida la fe en Cristo Jesús mi salvador.
Su argumento realmente me impresionó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario