sábado, 30 de marzo de 2013

Poema a una reina negra

Qué hermoso es hacer un poema cursi,
sin sentirse con la vergüenza de ser mal escritor,
te quiero y deseo bajar el cielo para ti,
mi delicia eres tu amada mía,
tus ojos de miel endulzan mi paisaje,
verte a través de los rayos de este sol que nos
quema en este amor que avanza con los años
añejo como buen vino
delicioso como un chen chen sanjuanero,
o una olla de carne tica,
llena de risas que sacaron para siempre las lágrimas
inútiles,
sueltos los lazos negativos como la chichigua o papalote
que se nos escapó para ir al cielo, luego al mar y
volver a la tierra,
como nuestros sueños, amor mío,
como nuestros hijos preciosa de mis encantos,
como nuestro Camino de Restauración que fecundamos
en la hermosa sala
al calor del fuego salido de las brasas de antiguos fracasos,
como este poema
tan cursi como para ser cantado en bachata,
pero hasta Juan Luis triunfó con su rosada melodía,
porque no yo, con mi cursi poema de esta madrugada
de partos por episodios,
de luchas imaginarias
y de soles hermosos,
ideas geniales del pequeño pensador,
y de tus besos
de la noche que ha terminado
y de tu cabello preparándose para ir al salón,
para seguir siendo la musa morena del rey,
la que encontré en la tarde del color de tus ojos
imposibles de ser pintados en un lienzo humano,
los que me llevaron al cautiverio de babilonia
para luego entrar en este placer poético tan feliz,
tan humano,
tan mágico,
que solo puedo escribirlo en cada trazo negro de los
bordes de tus labios azules,
donde el placer se junta con aquel mar
donde te prometí amarte más allá de la eternidad,
ojalá,
que en cielo pudiéramos seguir,
de la mano,
como los ancianos milenarios transitando por
aquel antiguo malecón,

(para ti , Zoila.)

1 comentario: