jueves, 7 de marzo de 2013

EL PODER DE LOS CARAMELOS


Si compro un par de dulces para mis hijos, tengo un poder porque eso representa para ellos placer.

Una vez que se los doy, me quedo sin el poder de los caramelos.

En un mundo donde uno de los valores más importantes es el placer,  el poder juega un papel preponderante, tanto el poder económico, político, social como sus símbolos y fetiches.

Nadie escapa de esto, ni siquiera las reliigiones,( es posible que el nuevo Papa sea un mejor símbolo para la transmodernidad, de lo contrario el camino medieval de la represión de las conciencias lo que hará es producir una fuga hacia nuevos modelos de cristianismo de poder y placer).

El poder de los caramelos sin embargo es limitado, se agota cuando se le entregan a los beneficiarios y  desde la prehistoria eso es así, sin centros comerciales modernos, el hombre primitivo ejerció el poder para obtener el placer y con ello la sobrevivencia, así  aprendió con el tiempo a canjear placer por poder y viceversa, poder por placer.

Las religiones ejercieron poder, vendieron placer, arrebataron poder y placer real o de ultratumba, fueron así instrumentos del capital, de la dominacion en el viejo juego del poder y el placer, del placer y del poder.

El evangelio fue otra cosa diferente,  como noticia del reino, se anunció como poder de Dios para todo el que cree. Poder para la salvación, liberación, del yugo esclavizante de buscar placer y poder, poder y placer, en círculo vicioso , como hamartía  al ritmo del rito de las economías emergentes.


Evangelio es otra forma de ver las cosas y las relaciones. El poder al servicio no del placer, sino de la causa primordial  del reino predicado , en mi familia, con mis amigos, con mis proyectos y en mi comunidad de fe.

El mensaje de las bienaventuras rompe el juego sucio entre poder y placer. Bienaventurados los pobres, los que no pueden comprar ni vender placer, porque de ellos es el reino, de ellos es el poder genuino, el del verdadero amor, solidaridad, compasión y fe. El poder de los empoderados por el reino.


Placer sí, eso es de Dios. Poder también, pero al servicio del amor, ese es el evangelio de la Buena Noticia.  Es un ideal. 


Ahí en  la historia está el rostro de un hombre que subió a un madero, para poner al servicio de todos el poder que salve y nos permita a todos disfrutar de la bendición de los placeres que tan poética y eróticamente expresa Cantar de los Cantares, el placer de vivir, como don y no como resultado del viejo juego sucio del poder y el placer. Eso es posible si el poder se pone al servicio del placer del ágape o amor genuino que aspiramos vivir.

Comience ud. rompiendo con el círulo vicioso, no compre con su poder el placer. Ni venda su placer por poder. Sea recíproco, practique la ley de la siembra y la cosecha, las leyes perfectas del amor generoso, de los valores supremos, de extender su mano para levantar al caido y besar al leproso.

El presidente Medina rompió este esquema cuando advirtió a las compañías mineras que no les permitirá sustraer el oro, si éste no representa el valor exacto de la riqueza que le pertenece al país, para ser aplicado directamente a sacar de la pobreza a los más pobres.

Tenemos oro, eso es un poder pero no para el placer y lujos de los ricos de dentro y de fuera, sino para ver niños con las posibilidades abiertas a un mejor futuro para todos. Eso es parte del reino.  El presidente de esta nación fue criado en un hogar que creía en el poder al servicio del evangelio.

 

1 comentario:

  1. Placer sí, eso es de Dios. Poder también, pero al servicio del amor, ese es el evangelio de la Buena Noticia. Es un ideal.

    Amor al prójimo.

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