jueves, 28 de febrero de 2013

Los sorprendentes Eliud y Otoniel



Son dos alumnos y amigos míos, demasiado jóvenes para llamarlos camaradas de antiguas causas, pero no tanto como para no ser sorprendido, por el espíritu de búsqueda siempre joven que los une a mi alma, como símbolos, de otros jóvenes,  que me rodean, llámense Beatríz, Génesis, July, Plutarco, Kiara,Azor, Juana , Esteban, Charlie, o Amilcar, y muchos más: me refiero a cerebros potables que nadan en un caldo de cultivo cristiano, construyendo una teología para su tiempo desde los paradigmas expresados en la cultura cristiana occidental y en las Sagradas Escrituras.

De allí, de jóvenes como esos, teólogos latino-caribeños  que despiertan la capaciad de asombro de los que somos mayores,  tal vez medio adormecidos y
tranquilizados por los ciclos de vida que siempre nos dicen que los veranos terminan, así como los inviernos, que las primaveras son
muy apreciadas y que no hay nada nuevo bajo el sol. De allí, surgen mundos nuevos llenos de posibilidades para el Evangelio del Reino.

 

Lo sorprendente tiene etiquetas, nombres para identificarlos.

A la primera le llamo, la reflexión de Otoniel. A la segunda, la mayeútica de Eliud

Veamos la primera

Una reflexión traida a la discusión por este joven Otoniel, ubica a Jesús en dos espacios. 

El primero, en dónde él no intenta ni averiguar nada,  nacionalidad, preferencias y opiniones quedan silenciadas, no juzga nada, ante  el centurión que busca la salud de su amigo tan cercano, que Juan lo llama "hijo del centurión" y exegéticamente el término griego lo ubica  como amigo y servidor,  como muy íntimos.
Jesús no se enfoca en la dinámica de esa relación. Sino que se proyecta hacia
satisfacer la necesidad de alivio de ambos seres humanos. Ese es el segundo espacio, el de la misericordia, la comprensión, lo humano.


 El reino se identifica, en este segundo plano, del "yo tampoco te juzgo, ni te condeno", yo quiero salvarte. Esa es la teología que  quiso
compartir Otoniel, joven teólogo que nos lleva a un terreno profundo:El cristianismo antes que doctrina es una vivencia de compasión y salvación para los que tienen fe.


No hemos dicho que toda práctica humana pueda ser legitimada por la ética
del cristianismo bíblico conservador.. Pero, sí afirmamos categóricamente , siguiendo a Otoniel, que  esa no era la pregunta o el quid de Jesús en esa narración o situación.
dramática de enfermedad, dolor y sufrimiento humano. Frente al sufrimiento humano no se puede estar preguntando si eres bautista o pentecostal.


Se puede añadir también, enriqueciendo la reflexión traida por Otoniel, que lo que Jesús aprende acá y no de un judío sino de un romano, es que hay más fe fuera de Israel, aún en personas que con toda consideración, tratan de no comprometerlo en sus asuntos y dinámicas personales: No es necesario que vayas a mi casa, sólo una palabra es suficiente

Tanta fe y tanta consideración sorprenden a Jesús, como a nosotros la reflexión compartida  por el joven Otoniel. Creo que en ese momento me volví a convertir o a reconvertir al fervor de seguir amando con inspiración, a pesar de la condición mala o buena de cada ser humano con que me encuentre en esta vida. Gracias joven téologo por salvar mi ministerio de piedad humana.

Ahora la segunda sorpresa es el método mayéutico del joven Eliud.

Mayéutica,  μαιευτικη, un método atribuido a Sócrates, mediante el cuál, preguntando y preguntando se explora la respuesto que el discípulo tiene
que encontrar ayudado por el instrumento que le aplica en este caso el guía. 


La verdad está en el fondo de cada ser humano, como "imagen dei". La patrística oriental siempre vio esta gran verdad, tan digna como la de la redención de la teología occidental.

En Sócrates,el énfasis de su mayeútica  estaba en la ironía, que era llevar al discípulo a reconocer sus prejuicios y ver por encima de ellos la verdad que
está oculta detrás de los puntos ciegos de sus propias creencias o ideologías falsas.


Detrás de las creencias falsas, eclipsantes , se ocultan grandes verdades, como soles y estrellas con luz propia. O sea  la luz de Cristo.

Recordemos que Mayéutica era el arte de hacer nacer niños o niñas. Sócrates sabía de eso ya que su madre era partera y él entonces  traslada ese concepto
a "el arte de hacer nacer la conciencia de las cosas en la mente humana. Ser conciente, como el hijo pródigo cuando volvió en sí.

La sorpresa ha sido descubrir que un joven teólogo  Eliud, practica constantemente estas técnicas de forma profesional y natural y  de dónde lo aprendió con tanta destreteza.


 Lo que es más interesante es que trata de aplicarlo a sus maestros, lo que nos permite, allí nos incluimos,  profundizar más, escuchar más, aprender más, de jovenes como estos que nos aplican una mayéutica a la inversa, hacen que los maestros recibamos el arte de
ampliar nuestra conciencia y hasta de reconocer que por tener tantas creencias conceptualizadas  que cargamos, no estamos viendo la luz del sol, que trata de iluminarnos trayendo un despertar a la conciencia y darnos cuenta de cómo Dios toma forma de joven, tal y como le sucedió a las mujeres en el sepulcro,
en el evangelio de Marcos, a las cuales se les aparece un joven que les indica que deben llevar el mensaje a los discípulos de que regresen  a Galilea nuevamente
pero ahora con el foco y la luz pascual de que Cristo ha resucitado.

 La mayéutica nos regresa al sitio de la realidad, a Neiba o Paris, pero ahora iluminados, con una palabra o rehma fresco, gracias a la ironía con que se despejan las creencias, a la luz interior de ser imagen de Dios y al conocimiento vivo de una palabra viviente, encarnada en un ministerio, el del joven marquiano que nos saca de los lugares lúgubres, sepulcrales, crepusculares, hacia la Galilea, realidad, iluminada con la pascua del Cordero Resucitado.

La experiencia de una resureeción en la mente y el corazón, aquí y ahora es el resultado de una hermenéutica que haga posible contextualizar
el mensaje de Cristo y la mayéutica aún con su condimento de irónía socrática para ver el  meollo de ser cristiano, como lo expuso Otoniel , esa sustancia cristiana es el amor. 

Eliud y Otoniel  que trabajan como dos ángeles o mensajeros, uno con su enfoque del amor y el otro con su ténica a veces mal comprendida, de  la mayéutica del maestro Jesús, nuestro Salvador., porque el fin de todo es eso, es salvarnos. Gracias por salvarme, Señor Jesús. Gracias por esta constelación de jovenes, varones y hembras, que como Otoniel y Eliud, iluminan mi camino al cielo, camino que se convierte en Reino diariamente y sobre todo en esos momentos especiales de amor y de mayéutica, o parto. A Dios sea la Gloria.

1 comentario:

  1. Gracias amado, ser parte de la clase en la cual esta usted como maestro es un honor, me siento halagado por tomarme en cuenta. Dios de paz y amor.

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