domingo, 9 de junio de 2013

Sobre el origen de la civilización

El siguiente artículo lo recibí de EE, un niño caribeño como él mismo se autodenomina, aparte de estar o no de acuerdo con lo que escribe lo voy a transcribir por varias razones, primero porque me lo autorizó y en segundo porque creo que son sus primeros ensayos de lo que es y será aún más, un escritor profundo, un intelectual para el futuro que posiblemente publicará muchos libros, así que me gano el privilegio de ser uno de los primeros en publicarlo en este humilde espacio.




Sobre el origen de la civilización
A Metodius D. B.

Pienso en la civilización. Pienso en la época que me ha tocado vivir. Pienso, hay un extraño placer en eso. Pienso en Dios, no me interesa escribirlo en minúscula, ni tampoco en mayúscula, deberían inventar un punto medio para las personas como yo. He dejado el radicalismo, pues me enfermaba. Considero que si militamos por un bando en específico, éste nos obnubila, fascina, de manera que hay muchas cosas que no podemos ver. El creyente no puede ver el pensamiento frío del ateo, y el ateo no puede ver la esperanza en ese Alguien del creyente. Pero el agnóstico, ve todo, quizás no sienta el goce del dogmatismo, claro si es que hay un goce en eso, pero si duerme tranquilo, a mí por lo menos me ha pasado.
Volviendo a Dios y a la civilización, me pregunto si hay una relación en estas dos ideas. Dios, según fue formado mi pensar religioso judeo-cristiano, vive allá y aquí, está en un trono pero es omnipresente, Él creo todo, y será todo en todos (1 Corintios 15:28). Si la civilización procede de Dios, las cosas son así: Dios hace a Adán, quién es una especie de semidiós a la manera de ver griega, pero Adán peca, cae de su esfera de gloria, vive, en parte reconciliado con Dios, pero ya todo no será igual, así que alguien tiene que arreglar esto, y quién mejor que un segundo Adán (Jesús de Nazaret), un arquetipo de el verdadero ideal de Dios, pero las cosas son tan graves que no sólo hay regenerar al ser humano, sino que el entorno donde esto sucede, la tierra, también necesita cambio, entonces los regenerados por el segundo Adán vivirán con él en la Nueva Jerusalén (los judíos escribieron la Biblia, por eso no hay una nueva Atenas, o una nueva Roma) pero hay un grupo que no gustó de su miel, así que para esos bastardos habrá fuego y gusanos, por los siglos de los siglos. Es decir, todo comienza con gloria, se cae de esa gloria, se levanta de esa gloria, pero no todos, así que el cumplimiento de todo está en dos grupos: los que serán levantados y los que no. Comenzamos en la gloria, vivimos en la no gloria, y terminaremos los unos en la gloria y los otros en la perdición.
Ahora bien, si Papa Dios, a la manera judeo-cristiana, no nos creo, y somos producto del azar, a la manera de Heidegger,  y luego una larga evolución de la especie, algunos en seres humanos otros en animales, ocurre lo siguiente. Comenzamos en pura animalidad, ésta evoluciona, pasa por la barbarie, se culturiza, se civiliza, se convierte en ser humano,  algo así como semibarbaro, y luego ¿qué?, la edad y la vulnerabilidad no me permitirán ver el último estadio de evolución en los demás, aunque quien sabe si yo pueda vivirlo en mí mismo. Comenzamos en el mono, humano, demasiado humano, mono. Tengo una idea similar, de que cuando una civilización llega a su máximo esplendor cae y vuelve a comer estiércol bárbaro. Tenemos el caso de Roma, comenzó bárbara, creo que fue por los habitantes del Asia, se civilizó por los griegos (porque siempre habrá un Espíritu Santo que nos transforme, es el que más hace, y el menos reconocido y visto) y luego cayó en lo bárbaro, pero no asiático, sino por los bárbaros de Occidente, sajones, germanos, etc. Busco otro ejemplo, y recuerdo una vez que chatie con una española por Facebook. Ella me explico el porque de que su país estuviera en crisis. Me dijo que en la década de los 1970´80, la generación quería éxito, y los plebeyos sólo tienen ese éxito por dádiva del progreso académico, así que esos que crecieron decidieron estudiar, los demás 90´00, siguieron el ejemplo, entonces desde el 2005 para acá estaban hasta la médula de civilización, al tope de la cultura, entonces vino la crisis, y ahora el éxito lo tienen los bárbaros de hoy en día, los que hacen trabajo informal.
Ya que tenemos los dos planos del origen de la civilización, el de la creación a la manera judeocristiana, el del evolucionismo ateo, pues aunque hay una gama de teorías, soy un niño caribeño precoz en conocimientos vagos, así que sólo conozco esas dos.  Entonces, no logro encajar con la teoría judeocristiana, por que es discriminatoria, le da grandes mansiones en los cielos a los suyos, mas a los otros, fuego y gusanos, y yo no ligo con la discriminación, el aislamiento. Prefiero la otra teoría, prefiero el que comencemos en el mono, vivamos la gloria del máximo esplendor de la civilización, y que volvamos a lo bárbaro, porque siendo realistas, es lo más que puede acontecer, no seré utópico, pues no estaremos siempre en el esplendor. Prefiero eso, pues incluye a toda la civilización. Puede ser que sea así, que vivamos en un eterno retorno, hasta que todo acabe. Por ejemplo, el planeta Marte, se dice que hay agua y que antes hubo vida inteligente, quizá Marte en un pasado vivió como nosotros, en un ciclo hasta que se destruyó. Quizás vivamos en ese ciclo, hasta que un día nuestro Sol se apague.
Por mi parte, no tendré que vivir ese cataclismo, o por lo menos eso creo, por que no creo que viva más de 80 años, y cómo marchan las cosas no cambiaremos de Era por ahora, y a menos que un día de estos cruzando la calle no me choque un camión y muera, sólo me queda, leer y escribir, tener una hija y adorarla, y morir a los 86 años al igual que Borges, escribiendo lúcidamente.
E.E.S.
Santo Domingo, junio del 2013.

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