Los reyes magos, no eran reyes y magos sólo en un sentido bien interesante.Se trataba de científicos, filósofos y religiosos no judíos.
Los guió una estrella puesta por Dios para desembocar en Jesús, el Rey de reyes y Señor de señores.
Esta narrativa nos lleva siempre a reflexionar.
Las religiones, las ciencias y el pensamiento en general son guiados por el Espíritu misionero de Dios hacia JESÚS. Si lo descubren y lo honran , a Jesús, serán como esos dichosos magos que obtuvieron la paz de tener un rumbo y sentido al seguir la estrella y la palabra con un éxito satisfactorio. Todo de esa manera, ahora, tiene sentido en sus vidas bajo el prisma de la luz de Belén.
Sino, sólamente queda la alternativa de la incertidumbre.
No hay oposición entre espíritu religioso, ciencia y filosofía, si terminan reconociendo el Señorío de Jesús.
Muchas misiones aún llamándose cristianas, son conflictivas, agresivas, irrespetuosas, opresoras, como lo fueron los conquistadores y colonizadores europeos en la américa indígena, muy contrariamente a lo que hace el Espíritu Santo representado en esa "estrella guía", siendo amable luz convincente al presentar a estos religiosos, científicos y filósofos paganos el testimonio vivo de un Jesús que los ama desde el humilde pesebre o cueva, de la humanidad, ofreciéndoles la salvación y un nuevo paradigma, el Reino.
El evangelio nos presenta a los paganos magos, siendo más fervorosos y buscadores incansables, desde el pensamiento, la religión y la ciencia que los mismos judíos, el pueblo elegido por Dios.
Quizá hoy en día, los no cristianos buscadores de respuestas auténticas sean más consecuentes que muchos llamados
cristianos que como los judíos, no van al encuentro diario de un Jesús que nace cada día en la obra creadora y regeneradora del Padre.
El camino correcto es el que nos enseña la amable luz de la estrella que conduce hasta el portal de Belén.
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